EL BACKSTAGE LEGAL DE LOS OSCAR
Los premios de la academia tienen unas políticas legales muy claras en cuanto al uso de su marca, al manejo que se le da a la publicidad y a la protección de la propiedad intelectual. Este reglamento debería ser la lectura previa de cualquier medio de comunicación que haga el cubrimiento de esta premiación.
Pero como la realidad va más allá del papel y los reglamentos internos. Empecemos con la alfombra roja, ese momento glamouroso donde los expertos y los no tan expertos comentan sobre la elección de vestuario de los asistentes, alaban a algunos y destruyen a otros.
Pero lo que muchos desconocen es que la gran mayoria de esos vestidos no son el resultado del buen o mal gusto del asistente, son escogidos a partir de una selección que hace la marca, con la que en ciertos casos existe un contrato de por medio, una relación jurídica millonaria para que el/la artista sea su embajador(a) de marca y los represente en este tipo de eventos.
Esta clase de contratos son bastante comunes y son una forma de garantizar el alto componente publicitario. Por ejemplo la actriz Emma Stone tiene un contrato de 3 años con Louis Vuitton, Nicole Kidman con Armani Privé y quienes se estrenaron en los Oscars con sus respectivas marcas fueron Jennifer Lawrence con Dior y Margot Robbie con Chanel. Lo que nos muestra que no es una casualidad que estas reconocidas actrices vistan las mismas marcas evento tras evento.
Por otra parte y detrás de cámaras se encuentran las 500 personas que trabajaron para hacer posible que todo funcionara en la premiación, quienes hicieron parte del backstage también resultaron ser indirectamente embajadores de una de las marcas más poderosas del fast fashion en el mundo, se trata de Zara, quien vistió con sudaderas de su nueva colección al personal tras bastidores. Un gran ejemplo que no solo las marcas de lujo tienen presencia en los Oscars.
Por último, y teniendo en cuenta el momento cultural que vivimos y que atraviesa la industria audiovisual, donde movimientos como el 'time's up' han sido una constante en las alfombras rojas como una forma de manifestación, donde a través de diferentes simbolismos se ha mostrado el apoyo a las mujeres que decidieron hablar y hacer visible el acoso del que han sido victimas durante años. En esta ocasión los productores de los premios pidieron que se centraran en las películas y no en la manifestación.
Sin embargo, la actriz Frances McDormand hizo alusión en su discurso al "Inclusion Rider", que no es un nuevo movimiento, es una cláusula que los actores pueden pedir que se incluya en los contratos y gracias a esta garantizan que haya diversidad racial e igualdad de género durante todo el proceso de contratación dentro de la película, tanto en el casting como en el personal.
Asi, que el derecho, los contratos, la publicidad y las negociaciones son una realidad invisible detrás de los aclamados Oscars.